UN (DES) AMOR EN BICICLETA



UN (DES) AMOR EN BICICLETA 

Por Gonzalo Ferrada

Llevo una parte importante de mi vida usando mi bici. Que anda pa’ allá, que pedalea pa’ acá, que sal un rato a olvidarte del mundo, mientras te mueves en bicicleta. Es una relación profunda que siempre busqué compartir con alguien. Por lo mismo, siempre pongo atención a las chicas que pedalean. Nada más lindo que compartir tu pasión con alguien más, por eso uno siempre con la vista afinada, mirando si alguien se roba tu atención. Esta acción siempre se hace desde el respeto mismo, nada de ser un jote que raya en el acoso. Lo juro. 

Ahora, por qué les cuento esto, porque no soy el único o única ciclista (o "ciclisto") que anda en la misma, conozco varios casos de personas que buscan compartir su Amor en Bici; algunos casos son exitoso y otros... solo diré que los otros son menos exitosos (mejor eso, a decir que son un desastre). En este mundo de historias "menos exitosas" es donde aparece la siguiente anécdota. Hace un par de años, un amigo pedalero se cambió de casa, logrando su anhelada independencia. Arrendó un lindo departamento en Providencia y usaba a diario la ciclovía de calle Pocuro para ir a trabajar. Así fue como la vio a ella, básicamente era el amor de su vida, al menos en su cabeza. Una chica que fue descrita muchas veces como "la mina más linda que vi en mi vida y además pedalea"; escuché esta descripción cientos de veces. Al parecer, se topaba a diario con ella en la ciclovía, siempre en sentido contrario, cruzaban miradas y una vez que se dejaban atrás el uno al otro, también cruzaban miradas de ciclista. Mi amigo es un cabro clever, bastante inteligente y muy apasionado por todo, pero esas virtudes se van al carajo cuando se trata del corazón. Le preguntaba a todo el mundo sobre qué podía hacer para conocer a esta chiquilla, en lo personal yo le recomendé que le hablara, toda gran historia parte con un simple "hola" y para eso no se necesita hacer mucho. 

Sinceramente, no sé que más le habrán recomendado a este chico, pero les juro que mi sugerencia fue sólo un saludo. Por qué hago este "disclaimer", para librarme de juicios una vez que cuente lo que pasó. Mi amigo iba dándole al pedal camino a la pega y en el horario de siempre. A la distancia se fijó que ella venía acercándose en bici, la vio tantas veces en las últimas semanas que la reconocía a la distancia y por lo mismo sus nervios y ansiedad se apoderaron de él, al entender que una vez más se encontrarían fugazmente. El tiempo apremiaba en su cabeza y la distancia se acortó en un parpadeo, viéndola a ella, la que podría ser la madre de sus hijos, a unos pocos metros acercándose en su bicicleta. Ahí fue cuando tomó una decisión improvisada y que cambiaría el curso de su historia. Al estar casi frente a ella, mi amigo jugó sus cartas, jugó un all-in y no halló nada mejor que chocar de frente con esta chica. ¿Qué se logró con esto? Una caída que raya en lo legendario, por la absurda solución ante el problema de cómo conocerla. Los dos volaron, se sacaron la cresta y, para colmo, cuando mi amigo se paró raudo para ayudarla, ella lo empapeló a chuchadas con justificada razón. 

Nunca supe bien qué le dijo la chica en ese momento, pero claramente mi amigo entendió que su idea no fue la mejor, y motivado por la vergüenza, ahora baja pedaleando por Eliodoro Yáñez.

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