LA CERCANÍA Y VALIDACIÓN DEL PAPÁ ES CLAVE EN EL DESARROLLO DE NUESTROS HIJOS.
LA CERCANÍA Y VALIDACIÓN DEL PAPÁ ES CLAVE EN EL DESARROLLO DE NUESTROS HIJOS.
Por Daniela Pallavicini
Cuando un niño/a llega a terapia ocupacional, por algún problema, en cualquier área de su desarrollo, es fundamental que los padres entiendan cómo funciona la intervención y se involucren en su tratamiento. De esta manera, nos será más fácil abordar al niño, ya que la conexión con ellos mismos, en sus inicios, hasta aproximadamente los 7 años de edad, es a través de la aprobación, validación y valoración de sus papás, si el papá lo felicita por sus avances, el hijo seguirá ese camino, motivado por las palabras de su padre, si por el contrario, no existiese ningún feedback, pierden el estímulo de superación personal, ya que cuando son pequeñitos, crecen y se superan a sí mismos, para que les indiquen que lo están haciendo bien. Un niño que crece con afirmación positiva es notoriamente más seguro en sus pasos, decisiones y accionar.
Una recomendación constante que me toca hacer, cuando comienzo a abordar una temática con algún niño, es explicarles a los papás que debemos mirarlos como seres individuales, intentando soltar las emociones u juicios que ponemos en nuestra cabeza, producto las expectativas personales que creamos para cada hijo.
Un niño que no logra conectar con su padre no logra conectar consigo mismo, se desconecta del mundo, producto no sentirse importante para quién le dio la vida, por lo que “él/ella no es importante para la vida” (así interpreta nuestro inconsciente). Uno de los enfoques que se utiliza en terapia ocupacional, para trabajar la conexión personal, es la integración sensorial.
Esto consiste en la capacidad que posee el Sistema Nervioso Central de recibir, interpretar y organizar la información de los sistemas sensoriales para lograr una respuesta adaptativa y eficiente con el medio externo. En simples palabras es integrar nuestros sentidos en nuestro cuerpo y aprender a utilizarlos para nuestro desarrollo y beneficio.
Una correcta integración sensorial contribuye en la adquisición de destrezas motoras gruesas y finas, habilidades cognitivas, lenguaje y comunicación, integración social y en su conjunto un adecuado “desempeño ocupacional”.
Cuando los padres entienden en qué consiste la integración sensorial, pueden proporcionarles diferentes entradas de input o estímulos a sus hijos, fundamentales para mejorar su desarrollo a través de la empatía, contención, risas y amor, lo que se logra fácilmente con diferentes juegos como por ejemplo fútbol, cosquillas, ir a la plaza y trepar, colgarse, columpiarse, jugar con la arena, etc.
La autoestima de los niños está profundamente relacionada con la aprobación de sus padres. Generalmente vemos un lazo especial entre el niño y la madre, que realmente se crea de forma innata, sin embargo, entre un niño y su padre ese lazo existe, pero se va enriqueciendo con el tiempo, con las actividades y juegos que hacen juntos, compartir intereses comunes y crear instancias dónde puedan ser compañeros y estrechar lazos de confianza.
El niño/a ve al padre como modelo a seguir, quien le entrega seguridad y contención a través de límites claros. Decirle que no, explicarle con amor el porqué y mantenerte en esa línea, sin desesperar si hace alguna pataleta, porque aún no logra tolerar su frustración, será sin duda el mejor regalo que le podrás hacer, el cuál cuando sea grande podrá agradecer.
Participar e involucrarnos en el mundo y experiencias de nuestros hijos, no sólo fortalecerá sus desarrollos, sino que nos enriquecerá como personas, integrándonos de mejor manera en el mundo y sintiéndonos parte de algo mayor.
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